4 de junio de 2012

Batalla campal en el Julio Mendez de El Prat de Llobregat


En un partido de alevines celebrado en el campo de fútbol Julio Mendez de El Prat de Llobregat, la acción pasó del terreno de juego a las gradas. Después de un partido de fútbol jugado por niños de edades comprendidas entre los diez y los doce años, un grupo de padres decidieron enseñarles a sus hijos, como intercambiar opiniones con los que piensan diferente a ti o no están de acuerdo contigo.
A uno de los partidos de este fin de semana, tuvieron que acudir cuatro coches de los mossos d'esquadra, un par de coches de la policía local y un furgón de la brigada móvil (antidisturbios), para frenar los impulsos más animales de los padres de algunos de los niños que disputaban el partido. La pelea acabo con algunos heridos que fueron atendidos por una ambulancia del SEM.
Como es habitual en este deporte, por desgracia, la pasión que desata el fútbol sumado la poca inteligencia, educación y saber estar de alguna gente que acude cada fin de semana a los campos de fútbol, forman un cóctel explosivo que da lugar a imágenes desagradables. Ya no nos parece raro ver como padres y madres, que se supone deben educar a sus hijos, sueltan por su “boquita” palabras mal sonantes y se acuerdan de los familiares, vivos o muertos, de los colegiados o les aconsejan que pinten a su favor porque si no se “la juegan”. Las descalificaciones a los rivales y la visceralidad con la que algunos aficionados animan a su equipo no deja de sorprenderme, en ocasiones dudo que estas personas estén en sus cabales.
Lo verdaderamente preocupante, no es sólo que haya habido una pelea en un campo de fútbol, si no que la violencia, sea verbal o física, está presente en los campos de fútbol, tanto en los partidos amateurs como en los de primera división. No creo que haga falta recordar el espectáculo bochornoso que se vivió en la final de la Supercopa de España entre el FC. Barcelona y el R. Madrid, donde después de una violenta entrada de Marcelo a Cesc, Mourinho el maestro de generar mal rollo en el mundo del fútbol, metió un dedo en el ojo a Tito Vilanova que como respuesta a esta agresión decidió darle un tortazo al entrenador merengue.
El actual entrenador del Barça, Tito y el del Madrid, Mou, recibieron la sanción de uno y dos partidos de suspensión, respectivamente, que sólo afectaba a la competición en la que sucedieron los lamentables incidentes. Aunque, finalmente, las sanciones, que ya de por sí eran ridículas por ser poco contundentes, no se cumplirán. La federación española de fútbol, dirigida por Ángel Mª Villar, parece que ha decidido hacer borrón y cuenta nueva y perdonar las agresiones. Si tenemos en cuenta que el fútbol profesional es el espejo donde se han de mirar los que empiezan en este deporte, creo que vamos mal, muy, muy mal.

No hay comentarios: